Impregnas a tu paso el mortal elixir de tu fatuidad, haciéndome esclavo de esa mies
que en torrentes empíricas emerge mondante con una blanquecina corona de hermosura.
Impasible de labios lisonjeros, trémulo dejas este corazón que a tropel de caballos se estremece
y en las puertas del abismo clama ávido de tu néctar misterioso, antes que sucumba el hechizo en el ocaso de la vida….gccc
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