El Temor al Hombre

Cualquier don o capacidad que tengamos se debe a la bondad inmerecida de Dios. Si desde el principio de nuestra vida nos atrevemos a romper los esquemas del saber, aprender, hacer, de lo correcto e incorrecto, del pensamiento sin pensar, de continuar o parar, cometiendo errores y aciertos o cuanto aprendemos, que compartimos, cuando deseamos y a quien amamos; como seres humanos que somos. Sin fiarnos del qué dirán o pensaran los demás, sin presumir o hacer eco de nuestros logros, reconociendo con humildad que todo lo que alcanzamos en la vida se debe a su bendición, no a nuestras propias habilidades, siendo modestos y conscientes de nuestras limitaciones, a fin de no convertirnos en personas dogmáticas e inflexibles;

por supuesto que se requiere de verdadera humildad y esfuerzo personal para reconocer si hay algo en lo que otras personas son superior a nosotros, recordando que no es al hombre terrestre a quien compete juzgar nuestro andar porque el temor al hombre es lo tiende un lazo que nos ata a caminos sin horizonte, sin vida, sin luz. Antes bien atemos los consejos de Dios a nuestra alma, mente y corazón para que nos vaya bien en la vida. Solo Dios sabe hasta dónde llegan las limitaciones de cada uno de nosotros….gccc